LA RAYA AL LADO

Como todos los días, a las 12 del mediodía sonaba la sirena del colegio. Eso indicaba que las clases se habían acabado por la mañana y que hasta la tarde no volvíamos. Habíamos quienes marchábamos a casa y quienes se quedaban a comer en el comedor escolar.

Siempre que salía allí estaban ellos. Mi abuelo Guillermo y el abuelo de Francesc, un viejo compañero mío de clase. Hablaban de toros o de la Guerra Civil. Un tanto monotemáticos, pero les fascinaba. El abuelo me acompañaba hasta casa cada día, pero un día a la semana iba a su casa a comer con él y con la abuela Consuelo.

Vivían en el tercero de una finca un tanto antigua. Vivieron juntos casi 40 años allí. Recuerdo entrar en su casa y notar ese magnífico olor a «Olla de col» de la abuela. Desde luego la mejor olla que jamás he probado.

Comíamos los tres nuestro platerón de olla, nuestra ensalada, un huevo frito y el postre, que solía ser natillas de chocolate. Si alguna vez me manchaba, la abuela enseguida sacaba los polvos de talco y me cubría bien el manchurrón. Antes de irnos lo cepillaba bien y listo.

Para hacer tiempo antes de ir al colegio y mientras el abuelo se pegaba una cabezadita de las suyas, jugábamos a la Brisca y más adelante al Guiñote. ¿Os podréis creer que nunca le gané un coto de Guiñote?

Justo antes de marcharme, de nuevo, al colegio, la abuela me peinaba. Sacaba el peine, lo mojaba bien mojado y me peinaba todo el pelo hacia adelante. Luego, con su arte particular me hacía la raya al lado. Era la única que me peinaba así. Mi padre llevó durante muchos años ese pelo. He de decir que ella lo hacía con mucho cariño, pero por unas o por otras, el pelo siempre llegaba a casa otra vez de punta.

Cuando ya me iba con el abuelo bajábamos las escaleras corriendo, ya que me quería atrapar y yo huir de él. Nunca me ganaba, pero con el tiempo comprendí que me dejaba ganar siempre. Una vez bajo siempre miraba hacia arriba y allí seguía ella. «Pillín, que eres un pillín», me decía. «Pillina tú, pillina tú», le decía yo. Y hasta la semana siguiente.

La «Pillina» nos dejó el pasado 4 de junio de 2014. Sirva este relato para homenajear a la abuela Consuelo. Hace tiempo que empecé a echar de menos todas estas cosas. Ahora le echo mucho de menos a ella.

Pablo Gil Navarro.

IMAGEN EXTRAÍDA: http://static.conmishijos.com/pictures/posts/15000/15942-4-nino-contento.jpg

20140703-094640-35200131.jpg

Un pensamiento en “LA RAYA AL LADO

  1. Me acuerdo de esa raya en el pelo y tambien del olor a colonia que traiais los que comiais en casa. Los que comiamos en el comedor, eramos otra historia, polvo, barro, manchas de tomate…
    En aquella epoca, nos daba igual ir sucios que limpios, el cole era el mundo que conociamos y nuestras preocupaciones se reducian a tener listos los deberes para el dia siguiente y a ganar el partido de futbol semanal contra el grupo B.
    A menudo, recuerdo nostalgicamente aquellos dias, no puedo creer que el tiempo pase tan deprisa, parece que fue ayer y ya han pasado quince años desde que dejamos el cole.
    Algunos con el cole dejamos nuestra infancia, las situaciones imprevistas de la vida a veces te obligan a «hacerte mayor» sin quererlo. Que se le va a hacer, como dicen por la calle » Es llei de vida»
    Benvolgut amic, crec que ens fem majors.

    Una abraçada!!!

Deja un comentario